Consejos de la antropometría para estar en forma y saludables
La antropometría permite –a través de un conjunto de mediciones como talla, pliegues, perímetros y diámetros- conocer la composición y distribución de la masa corporal, grasa y ósea . De esta forma se calcula de manera más real si estamos o no en un peso saludable.
Poco conocida, excepto para los involucrados en la ciencia del deporte, es una herramienta útil y completa para conectarnos con nuestro cuerpo, plantearnos objetivos reales para mantenerlo en forma y conocerlo. Dicen los nutricionistas antropometristas que calcular nuestro "peso ideal" tomando indicadores que igualan los cuerpos, no distinguen sexo, edad ni composición corporal se traduce en una estandarización que nos frustra y presiona.
A través de las mediciones que ofrece la antropometría se pueden identificar las zonas donde se localiza la adiposidad, calcular cuánto es posible (y necesario) reducirla y definir la masa muscular a desarrollar. Además de adecuar el entrenamiento y la alimentación a las particularidades de cada persona. Así colaboran a derribar falsas expectativas en relación a un cuerpo que, dentro de un marco de salud, puede resultar inalcanzable. La propuesta entonces es conocer en profundidad nuestro cuerpo, corregir los malos hábitos y adherir a un estilo de vida saludable y sostenible a largo plazo.
Consejos de la antropometría para estar en forma y saludables
Evitar el sedentarismo.- Realizar actividad física planificada.
- De ser posible, acudir a un profesional para que guíe el entrenamiento físico. El objetivo es mejorar la resistencia, generando masa muscular que permita acelerar el metabolismo y proteger nuestra masa ósea, articular y la postura.
- Evitar alimentos ricos en grasas saturadas
- Presentes en productos industrializados y de pastelería (snacks, galletitas, golosinas, manteca, crema, entre otros). Son alimentos que favorecen el aumento de peso -por el exceso de calorías que presentan por porción-, el depósito de grasa localizada y la celulitis, sumado a un posible aumento de triglicéridos y colesterol en sangre.
- Mantener una adecuada hidratación durante todo el día.
- La sensación de sed es un reflejo tardío de la deshidratación. Al mismo tiempo, la falta de líquido repercute en nuestro organismo con una retención de líquidos y edema que altera nuestro peso corporal total.
- No quitar de la alimentación diaria los hidratos de carbono
- (pan, copos de cereal, fideos, arroz, avena, etc.) pero sí cuidar la frecuencia y volumen al consumirlos. Preferentemente siempre antes de la actividad física, recordemos que son nuestra principal fuente de energía.
- Evitar el consumo de alimentos ricos en sodio que favorecen la retención de líquidos
- (fiambres, embutidos, enlatados, snacks, salsa de soja).
- Priorizar el descanso.
- Intentar alcanzar al menos 7hs y máximo 9hs de descanso a la noche. La falta de horas de sueño genera cansancio, fatiga y falta de rendimiento. Además produce ansiedad, irritabilidad, aumento de la ingesta y metabolismo lento (que favorece aún más el aumento de peso).
- Organizar y planificar la comprar y el almacenamiento de la comida para que en todos tus ámbitos tengas opciones saludables, frescas y nutritivas.
- Evitar pasar muchas horas sin comer.
- Consejos prácticos
- Conocer nuestro peso ideal en relación a nuestra masa ósea.
- Identificar en qué zonas tenemos localizada la adiposidad y modelarlas.
- Mejorar el rendimiento en cualquier deporte.
- Plantear objetivos reales y alcanzables dentro de un marco saludable y evitar la frustración
- Apreciar y valorar los resultados de los cambios de hábitos más allá del número que registre la balanza.
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