La muerte súbita en el deporte es aquella que se produce de manera inesperada durante la práctica deportiva o una hora tras finalizarla, por causa natural, no traumática ni violenta, en una persona con aparente buen estado de salud.
Su incidencia es mayor en deportistas debido a las exigencias que provoca:
Aumento en la frecuencia cardíaca, tensión arterial y contractilidad del corazón, lo que produce un aumento de la demanda de oxígeno, los cambios ambientales extremos a los que se enfrentan algunos deportistas e incluso el propio estrés emocional de la competición.
Su incidencia exacta no se conoce debido a la dificultad de registrar todos los casos. Se estima que aproximadamente ocurre en 2 de cada 100.000 en menores de 35 años (unas 350 muertes al año de personas jóvenes) y 1 de cada 18.000 en el rango de edad de 25 a 75 años. Es 10 veces más frecuente en hombres, por causas no bien conocidas, incluso ajustado por frecuencia en participación de eventos. La repercusión que presenta en los familiares es de un valor completamente incalculable por lo que no debemos dejarnos llevar por las cifras escasas de su aparición.
¿Cuáles son sus causas?
Las causas de muerte súbita son dependientes de la edad. En menores de 35 años, las causas suelen ser estructurales, por cardiopatías congénitas, normalmente por problemas en el corazón con los que se nace (en las válvulas, en lo que mide el corazón o en el origen de las arterias que le llevan sangre, por ejemplo) o cardiopatía familiares y/o hereditarias. Sin embargo, en los mayores de 35 años, lo más frecuente es que sea por cardiopatía isquémica debido a que hay una o más arterias obstruidas y provocan un infarto. Esto provoca que las pruebas que hay que realizar para detectar estos problemas sean diferentes según el rango de edad.
En los últimos años también hemos presenciado algunos eventos potencialmente mortales (aunque no todos acaban en desgracia) en deportistas completamente sanos debido al aumento que se está produciendo en las “imprudencias deportivas”. Con esto nos referimos a aquellos sujetos que se someten a pruebas o competiciones para los que no están bien preparados o que no gestionan adecuadamente este tipo de carreras, siendo especialmente frecuente en la larga distancia. Se debe tener en cuenta que en este tipo de carreras existen otras variables que pueden predisponer a que ocurra algún evento fatal, como es el tema de los avituallamientos de adecuado cumplimiento para el correcto funcionamiento del organismo.
¿Cómo podemos prevenirla?
La primera medida para intentar disminuir su incidencia es a través de un reconocimiento médico pre-participación deportiva, con esta iniciativa es posible que detectemos algunas de las causas que pueden provocar estos eventos fatales.
Sin embargo, incluso con el estudio más completo es imposible prevenir el 100% de las muertes súbitas, por lo que también resulta imprescindible que cada vez sean más las personas que estén formadas en reanimación cardiopulmonar básica para saber actuar ante estos terribles acontecimientos así como la creación de espacios “cardioprotegidos”, es decir, con la presencia de desfibriladores (y gente preparada para usarlos en caso de necesidad) en lugares donde se realicen eventos deportivos.
Otra medida paradójica para disminuir la muerte súbita en el deporte, sobre todo en el grupo de deportistas veteranos, es haber realizado actividad física regular desde edades tempranas, ya que es la manera más eficaz de controlar los factores de riesgo cardiovascular, como son la hipertensión, el colesterol, la diabetes y la obesidad que al fin y al cabo son los que aumentan la posibilidad de presentar cardiopatía isquémica (como ya hemos comentado previamente es la causa más frecuente de muerte súbita en el deportista veterano).
Evidentemente, otras medidas lógicas serían prepararse progresivamente para el tipo de deporte que se quiera realizar, llevar una adecuada alimentación y por supuesto evitar los hábitos tóxicos.
Por desgracia también debemos hablar de una última medida que es el estudio del fallecido. Una vez que ha ocurrido una trágico suceso como es la muerte súbita es muy importante intentar realizar autopsia al caso índice para poder intentar conocer la causa de la misma (aunque no siempre se descubre) y dependiendo de los hallazgos estudiar al menos a los familiares de primer grado por si fuese hereditario.
IDEAS CLAVES:
La muerte súbita en el deporte es una cruda realidad que ocurre en sujetos supuestamente sanos durante el transcurso del deporte o una hora tras finalizarlo.
La incidencia de la misma es baja pero su repercusión en los familiares y personas cercanas es completamente incalculable.
A pesar de su aparición en el deporte jamás debe suponer una excusa para no realizar ejercicio físico regular, ya que éste ha demostrado ser la medida más eficaz para mantener un buen control de los factores de riesgo y disminuir el riesgo cardiovascular.
Las causas son dependientes de la edad, por lo que los estudios no son los mismos en deportistas jóvenes respecto a los veteranos.
Las medidas para disminuir su incidencia son: reconocimientos médicos pre-participación deportiva, formación en RCP básica, uso de desfibriladores y el estudio del caso índice y su familia.
Dra. Dolores Masiá Mondéjar
Doctora en Medicina. Cardióloga responsable Servicio Cardiología Deportiva IMED Levante.
Pruebas funcionales Rehabilitación Cardiaca IMED Levante
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